viernes, 1 de mayo de 2015

INSTITUCIONALIZACIÓN


“INICIOS DE LA EDUCACIÓN”

“Una invención del siglo XIX. La escuela primaria”
María Esther Aguirre Lora.
Centro de Estudios sobre la Universidad. UNAM

Introducción   
Pensar en la escuela primaria como la  conocemos en la actualidad, y la cual catalogamos como un espacio de aprendizaje el cual maneja tiempos determinados a las diversas actividades para alumnos y docentes, que maneja también planes y programas de estudio, que tiene grupos de alumnos dentro de una edad determinada, con diferentes maestros que realizan diferentes funciones, que se encuentran preparados profesionalmente para ejercer dichas funciones, nos olvidamos de pensar que no siempre existió este tipo de escuela, y que ha sido la sociedad quien ha ido formando la identidad de la escuela moderna. Podemos decir que la escuela primaria se origina a partir de las diferentes formas particulares de racionalidad y regulación social, de sistemas específicos de ideas que se empiezan a perfil en Europa desde el temprano siglo XVI y se definen con mayor nitidez en el curso del siglo XIX. La configuración de la escuela básica mexicana nos aproxima a los modos en que a las sociedades les es posible pensar, a los idearios y aperturas de sus posibilidades y límites, a la claridad de sus proyectos pero también a las zonas obscuras de lo que queda fuera de ellos.


La escuela se describe por varios personajes de una manera diferente, para Cicerón es un tiempo de descanso que se destina al estudio u otra ocupación, en el siglo XVIII  Alcuino la refiere como el espacio relativamente libre que integraba a un grupo de intelectuales con fines de enseñanza o  realización de otras tareas culturales, en el siglo XIII la encontramos definida por Alfonso X, como "ayuntamiento de maestros et de escolares. Durante el siglo XVIII las escuelas inician con su modernización, tanto por la voluntad de la Corona Española, Reformas Barbónicas0000000000000000000000 y condiciones locales. Durante este siglo se habían presentado otros modelos educativos que recogieron las experiencias y las vivencias de la vida de la comunidad inmediata al niño, conformada también por diferentes personas: padres, vecinos amigos, otros familiares, etc. Para el año de 1782 el Ayuntamiento muestra interés por las escuelas gratuitas y de esta manera se irían perfilando las escuelas de primeras letras, las cuales tendrían como finalidad el aprendizaje de la doctrina, la lectura, la escritura y el cálculo, en ellas la participación de la escuela sería aún determinante, para este momento tenemos ya varias modalidades de escuela: 1.-Escuelas gratuitas, dependientes de conventos, 2. Escuelas gratuitas, financiadas con recursos procedentes de sociedades de beneficencia; 3. Escuelas gratuitas, para niños y para niñas por separado, financiadas por Ayuntamiento y municipios; 4. Escuelas particulares, a cargo de maestros autorizados por el gremio; 5. Amigas públicas gratuitas, para niñas de escasos recursos, 6. Amigas particulares, 7. Escuelas de castellano, establecidas en las parcialidades o pueblos de indios y financiadas por el gobierno civil.
En 1844 Joaquín Baranda reconoce a las escuelas conventuales, las escuelas mayores dependientes de colegios mayores y las escuelas públicas, y para el fin de ciclo lo tipos de escuelas eran: 1. Escuelas públicas, establecidas en ciudades o bien en zonas rurales; 2. Escuelas particulares, fueran laicas o bien religiosas. Al percibirse los  mexicanos desde nuevos lugares, con otras exigencias y otros proyectos, se marca el impulso para la renovación de sus instituciones y en él se funda la lógica de su escuela primaria como institución moderna, la construcción de edificios escolares no se presentó como una necesidad, pues se adaptaban diferentes lugares como iglesias, conventos, viviendas que también carecían de servicios como la luz y la ventilación.
El primer avance lo tuvieron las escuelas pías, que dividieron las actividades en dos, los alumnos se trasladaban para tomas una clase de lectura en una sala y una de escritura en otra distinta, aunque no determinaban un tiempo específico para este aprendizaje, luego las escuelas Lancasterianas, que acomodaban a más de doscientos alumnos en mesas de 10 aproximadamente, y cada grupo con un monitor se disponía a la realización de diversos ejercicios de escritura y calculo, como el tiempo pasaba la sociedad se da cuenta de las condiciones tan poco adecuadas en las que se estaban impartiendo este tipo de servicios, y el regidor Manuel Domínguez da cuenta de estas situaciones que seguían vigentes en el año de 1898, la manera en que el espacio físico de la escuela se va delineando y definiendo en el curso del tiempo recrea los sentidos del espacio de relaciones que ahí ocurren: se definen los papeles y atribuciones que han de jugar sus actores principales, los juegos especulares de sus imágenes sociales.
No solo la institución fue cambiando con el tiempo también los actores escolares como los maestros, en su caso durante el siglo XVIII ejercían las enseñanza de letras las personas que conseguían una licencia para hacerlo, eran contratados por las familias que tenían los recursos para pagar los servicios particulares de estos, y ellos también podían dar clases en su propia escuela, con el tiempo esto también fue cambiando, pues a medida que avanzaba el siglo XIX el estado asumía con mayor amplitud el peso de esta función. Es decir, la instrucción pasó de la tutela del gremio al ejercicio libre de la profesión (1821-1866); después, con el triunfo de los liberales, a una profesión controlada por los Municipios (1867-1884) y, finalmente, a una profesión regulada por el Estado, con esto los maestros que tenían y seguían una trayectoria se fueron consolidando hacia la segunda mitad del siglo XIX, ya que antes de esto, el ser maestro no representaba una opción para las personas que se dedicaban a esto y lo hacían solo para tener un ingreso monetario.
La expansión de las escuelas fue cada vez más grande y en esto se veían involucrados con mayor frecuencia los padres de familia quienes buscaban darle a sus hijos una educación y para ello recurrían a personas e instituciones especializadas, en su papel ellos cuidaban de sus hijos y exigían resultados tanto a los maestros como a las instituciones, en las familias también existen diferentes modelos, pues esto no era igual para las familias rurales las cuales consideraban que la escuela era una pérdida de tiempo ya que sus hijos tenían que ayudar en casa con las cosechas y de manera económica en el caso de los varones y con los quehaceres en el caso de las mujeres, otra de las acotaciones de la modernidad que convergen a la familia y escuela son las nociones tempranas del escolar, con el tiempo se iban estableciendo edades para la escuela, sus costumbres decían que la edad para casarse en los varones era de los 14 años y en las mujeres de los 12 años, así se establecieron edades para el aprendizaje, que iban de cinco a doce años para los primeros, y de cinco a diez para las segundas, más adelante, hacia 1842, con otra de las iniciativas de ley para hacer obligatoria la escuela básica, se establece otro rango para cursarla: de siete a quince años, en tanto que hacia 1869 se señalan los cinco años de edad para iniciarla sin precisar límite de edad. Ya en torno al último cuarto del XIX iniciativas de diverso tipo establecen la edad escolar obligatoria que nos es familiar: de seis a doce años para ambos sexos.
Durante aquel tiempo podemos decir que no existían tiempos que marcaran la enseñanza en cuestión de horas, periodos de descanso y el tiempo que se debían demorar en obtener los aprendizajes, sin embargo el plan de 1853 señala: "Tales enseñanzas deberán impartirse por dos años y medio y nunca menos de un año a niños de extraordinaria capacidad”  Tendremos que esperar hasta 1891 para que la enseñanza primaria se organice en enseñanza primaria elemental, que se cursaría en cuatro años, y en enseñanza primaria superior, en dos años, así mismo se establecieron jornadas de estudio las cuales duraban la mayor parte del día, por ejemplo estudiaban de las 8:00 o 9:00 horas a las 17:00, con un receso para la comida, se establecieron también horarios discontinuos de acuerdo a las edades de los niños, los de primero estudiaban de 8:30 a 11:30, los de segundo de 9 a 12 horas, etc. En este contexto, destaca el refinamiento que implicaron los acuerdos del Primer Congreso Pedagógico respecto a la moderna distribución del tiempo escolar:  : "Duración de las clases (primer año veinte minutos, segundo veinticinco, tercero treinta, cuarto cuarenta, con media hora de descanso a discreción); semana de cinco días, año escolar de 10 meses".
Al independizarse México de la corona Española, proyecta su futuro en la imagen que poco a poco dibuja del Estado Moderno capaz de preservar la paz mediante la justicia y la igualdad de oportunidades entre los individuos. Los intelectuales ilustrados veían en él la posibilidad de que la sociedad mexicana superara todos sus males, que procedían de la ignorancia y el oscurantismo, la construcción de un nuevo orden en lo político, lo económico y lo social sólo sería posible a partir de la formación de otra mentalidad, de otro ser moral en esa masa ignorante y pobre; Lucas Alamán estaba absolutamente convencido de que: “Los males de la población: suciedad, despilfarro, embriaguez, hábito de trabajar sólo para lo indispensable, pueden corregirse de golpe con el único remedio de mejor educación civil y religiosa. La "Ilustración" es uno de los más poderosos modelos de prosperidad de una nación”. Los programas educativos del siglo XIX se vieron atravesados por las disputas permanentes entre liberales y conservadores, entre monarquistas y republicanos, entre federalistas y centralistas que asumirían, cada cual a su manera, la contienda por la instrucción popular. En medio de todo ello se construyó la escuela básica que nosotros heredamos. Para instaurar el orden entre la población, combatiendo toda expresión de desorden y de peligro social, uno de los más poderosos aliados era la escuela, pues ésta sería una de las instituciones abocadas a dar una ocupación a niños y jóvenes hambrientos, descuidados, sometidos a ambientes violentos, corruptos y viciosos.
Los contenidos escolares constituyen un importante indicio de la manera en como la sociedad mexicana daba sentido a su vida, La percepción del mundo a través de la ciencia y de las verdades positivas poco a poco se irían imponiendo, así como el desarrollo de una conciencia cívica y nacional, que tendía al amor a la patria y a sus instituciones, y una concepción integral del desarrollo humano, entre las materias introducidas están:  la instrucción moral y cívica, lengua nacional (escritura y lectura), lecciones de cosas , aritmética, ciencias físicas y naturales, geometría, geografía, historia, dibujo, canto, gimnasia, labores manuales. En cuanto al orden se establecían diferentes reglas que se aplicaban al cometerse una falta, reglas que resultaban devastadoras para los alumnos pues causaban un daño muy grande algunas de ellas eran: alambre, que arrancan los pedazos; palmetas, orejas de burro, cormas, grillos y mil cosas con las que se apoyaban y hacían honor a la frase “la letra con sangre entra”. Y si bien las Cortes de Cádiz prohíben los castigos físicos en 1813, su uso se prolongó hasta entrada la segunda mitad del siglo XIX. Una de las disposiciones más avanzadas al respecto, es el Reglamento de las Escuelas Nacionales Primarias de Diciembre de 1896, que estableció: "En ningún caso se aplicarán en las escuelas oficiales o particulares, castigos que degraden o envilezcan a los niños".
Algunos maestros desconocen cómo dirigir a los niños y jóvenes y mantener las mínimas condiciones para enseñarles algo, en tanto que los otros saben cómo hacerlo, pues manejan el método o sistema para organizar a los escolares y disponer lo que hay que aprender. En este sentido, uno de los criterios tempranos de organización de los alumnos es el de su clasificación en secciones o grupos con fines de enseñanza, que dará lugar a diversos sistemas que se van imponiendo y combinando en el curso de las décadas. Un avance importante en este sentido lo representó el sistema de enseñanza mutua o Sistema Lancasteriano, el maestro trabaja con instructores o monitores que selecciona, y entrena, de entre los alumnos más aventajados quienes, a su vez, se hacen cargo de grupos de diez escolares, que se llamaban decuriones. El sistema lancasteriano es capaz de atender a numerosos alumnos en perfecto orden y silencio, lo cual se obtiene con una constante actividad de modo que no se distraigan ni se aburran, con órdenes constantes y muy precisas y con una distribución de actividades y tiempos muy meticulosa. El sistema simultáneo o colectivo, más avanzado que el que arriba mencioné, preveía que el maestro tenía la capacidad de atender a todos los escolares que aprendían todos los contenidos juntos. En la medida en que avanzó el siglo XIX y los maestros se prepararon más, se impuso este sistema pero partiendo de la base de que los escolares se clasificaban en grupos homogéneos en relación con la edad y los contenidos que manejaban. La vigilancia y control se ejercería no sólo por parte del maestro hacia los instructores, ni de los instructores hacia los escolares, sino de las autoridades escolares hacia los maestros para reconocer las condiciones en que trabajaban, su desempeño, los métodos que empleaban, la disciplina que administraban, las dificultades y carencias que constataban. Todo esto a partir de un sistema de visitas e intercambio de informes razonados que se van tornando más complejos y más fundamentados cada vez. Las diversas tecnologías del orden aportaron experiencias y reflexiones que dieron lugar a la construcción de saberes especializados en relación con la escuela como bien público, con sus actores, con sus prácticas cotidianas, que se conocerán genéricamente como pedagogía.
Conclusión:
La iniciación de la educación se dio bajo el orden religioso, el cual se acoplo a los medios que tenían para impartir la enseñanza, pero sus métodos eran totalmente diferentes a los que se manejan en la actualidad, sus métodos repetitivos, memorísticos, con irregularidad debido a los pensamientos de gran parte de la sociedad, la escuela no era una de las importantes opciones de aprendizaje que se pudiera ver, puesto que para algunas familias era más importante aprender a trabajar en el caso de los hombres y/o aprender a realizar tareas domésticas en el caso de las mujeres, las irregularidades se presentaron en varios aspectos, incluso en los docentes quienes no ejercían esa profesión por gusto si no por necesidad, ya que al presentarse alguna situación en sus vidas creían que lo más sencillo era dar clase cuando ellos apenas sabían leer y escribir, el cambio no sucedió rápidamente, como todo cambio este llevo un proceso pero finalmente se entendió que aparte de la enseñanza la escuela tenía como prioridad la educación de los estudiantes y su desarrollo en otros aspectos.
A pesar de las dificultades que se presentaron y posiblemente obstaculizaron el avance que se quería tener, se logró ver esta enseñanza desde una perspectiva más profunda en la que se lograría integrar a todo tipo de estudiantes con la finalidad de mejorar las condiciones de la sociedad mexicana, pues es esta la que debido a los nuevos proyectos y cambios demanda también nuevos retos.

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