“INICIOS DE
LA EDUCACIÓN”
“Una invención del siglo XIX. La escuela primaria”
María Esther Aguirre Lora.
Centro de Estudios sobre la Universidad. UNAM
Introducción
Pensar en la escuela primaria como
la conocemos en la actualidad, y la cual
catalogamos como un espacio de aprendizaje el cual maneja tiempos determinados
a las diversas actividades para alumnos y docentes, que maneja también planes y
programas de estudio, que tiene grupos de alumnos dentro de una edad
determinada, con diferentes maestros que realizan diferentes funciones, que se
encuentran preparados profesionalmente para ejercer dichas funciones, nos
olvidamos de pensar que no siempre existió este tipo de escuela, y que ha sido
la sociedad quien ha ido formando la identidad de la escuela moderna. Podemos
decir que la escuela primaria se origina a partir de las diferentes formas
particulares de racionalidad y regulación social, de sistemas específicos de ideas
que se empiezan a perfil en Europa desde el temprano siglo XVI y se definen con
mayor nitidez en el curso del siglo XIX. La configuración de la escuela básica
mexicana nos aproxima a los modos en que a las sociedades les es posible
pensar, a los idearios y aperturas de sus posibilidades y límites, a la
claridad de sus proyectos pero también a las zonas obscuras de lo que queda
fuera de ellos.
La escuela se describe por varios
personajes de una manera diferente, para Cicerón es un tiempo de descanso que
se destina al estudio u otra ocupación, en el siglo XVIII Alcuino la refiere como el espacio
relativamente libre que integraba a un grupo de intelectuales con fines de
enseñanza o realización de otras tareas
culturales, en el siglo XIII la encontramos definida por Alfonso X, como
"ayuntamiento de maestros et de escolares. Durante el siglo XVIII las
escuelas inician con su modernización, tanto por la voluntad de la Corona
Española, Reformas Barbónicas0000000000000000000000 y condiciones locales.
Durante este siglo se habían presentado otros modelos educativos que recogieron
las experiencias y las vivencias de la vida de la comunidad inmediata al niño,
conformada también por diferentes personas: padres, vecinos amigos, otros
familiares, etc. Para el año de 1782 el Ayuntamiento muestra interés por las
escuelas gratuitas y de esta manera se irían perfilando las escuelas de
primeras letras, las cuales tendrían como finalidad el aprendizaje de la
doctrina, la lectura, la escritura y el cálculo, en ellas la participación de
la escuela sería aún determinante, para este momento tenemos ya varias
modalidades de escuela: 1.-Escuelas gratuitas, dependientes de conventos, 2.
Escuelas gratuitas, financiadas con recursos procedentes de sociedades de
beneficencia; 3. Escuelas gratuitas, para niños y para niñas por separado,
financiadas por Ayuntamiento y municipios; 4. Escuelas particulares, a cargo de
maestros autorizados por el gremio; 5. Amigas públicas gratuitas, para niñas de
escasos recursos, 6. Amigas particulares, 7. Escuelas de castellano,
establecidas en las parcialidades o pueblos de indios y financiadas por el
gobierno civil.
En 1844 Joaquín Baranda reconoce a
las escuelas conventuales, las escuelas mayores dependientes de colegios
mayores y las escuelas públicas, y para el fin de ciclo lo tipos de escuelas
eran: 1. Escuelas públicas, establecidas en ciudades o bien en zonas rurales;
2. Escuelas particulares, fueran laicas o bien religiosas. Al percibirse
los mexicanos desde nuevos lugares, con
otras exigencias y otros proyectos, se marca el impulso para la renovación de
sus instituciones y en él se funda la lógica de su escuela primaria como
institución moderna, la construcción de edificios escolares no se presentó como
una necesidad, pues se adaptaban diferentes lugares como iglesias, conventos,
viviendas que también carecían de servicios como la luz y la ventilación.
El primer avance lo tuvieron las
escuelas pías, que dividieron las actividades en dos, los alumnos se
trasladaban para tomas una clase de lectura en una sala y una de escritura en
otra distinta, aunque no determinaban un tiempo específico para este
aprendizaje, luego las escuelas Lancasterianas, que acomodaban a más de
doscientos alumnos en mesas de 10 aproximadamente, y cada grupo con un monitor
se disponía a la realización de diversos ejercicios de escritura y calculo,
como el tiempo pasaba la sociedad se da cuenta de las condiciones tan poco
adecuadas en las que se estaban impartiendo este tipo de servicios, y el
regidor Manuel Domínguez da cuenta de estas situaciones que seguían vigentes en
el año de 1898, la manera en que el espacio físico de la escuela se va
delineando y definiendo en el curso del tiempo recrea los sentidos del espacio
de relaciones que ahí ocurren: se definen los papeles y atribuciones que han de
jugar sus actores principales, los juegos especulares de sus imágenes sociales.
No solo la institución fue
cambiando con el tiempo también los actores escolares como los maestros, en su
caso durante el siglo XVIII ejercían las enseñanza de letras las personas que
conseguían una licencia para hacerlo, eran contratados por las familias que
tenían los recursos para pagar los servicios particulares de estos, y ellos
también podían dar clases en su propia escuela, con el tiempo esto también fue
cambiando, pues a medida que avanzaba el siglo XIX el estado asumía con mayor
amplitud el peso de esta función. Es decir, la instrucción pasó de la tutela
del gremio al ejercicio libre de la profesión (1821-1866); después, con el
triunfo de los liberales, a una profesión controlada por los Municipios
(1867-1884) y, finalmente, a una profesión regulada por el Estado, con esto los
maestros que tenían y seguían una trayectoria se fueron consolidando hacia la
segunda mitad del siglo XIX, ya que antes de esto, el ser maestro no
representaba una opción para las personas que se dedicaban a esto y lo hacían
solo para tener un ingreso monetario.
La expansión de las escuelas fue
cada vez más grande y en esto se veían involucrados con mayor frecuencia los
padres de familia quienes buscaban darle a sus hijos una educación y para ello
recurrían a personas e instituciones especializadas, en su papel ellos cuidaban
de sus hijos y exigían resultados tanto a los maestros como a las
instituciones, en las familias también existen diferentes modelos, pues esto no
era igual para las familias rurales las cuales consideraban que la escuela era
una pérdida de tiempo ya que sus hijos tenían que ayudar en casa con las
cosechas y de manera económica en el caso de los varones y con los quehaceres
en el caso de las mujeres, otra de las acotaciones de la modernidad que
convergen a la familia y escuela son las nociones tempranas del escolar, con el
tiempo se iban estableciendo edades para la escuela, sus costumbres decían que
la edad para casarse en los varones era de los 14 años y en las mujeres de los
12 años, así se establecieron edades para el aprendizaje, que iban de cinco a
doce años para los primeros, y de cinco a diez para las segundas, más adelante,
hacia 1842, con otra de las iniciativas de ley para hacer obligatoria la
escuela básica, se establece otro rango para cursarla: de siete a quince años,
en tanto que hacia 1869 se señalan los cinco años de edad para iniciarla sin
precisar límite de edad. Ya en torno al último cuarto del XIX iniciativas de
diverso tipo establecen la edad escolar obligatoria que nos es familiar: de
seis a doce años para ambos sexos.
Durante aquel tiempo podemos decir
que no existían tiempos que marcaran la enseñanza en cuestión de horas,
periodos de descanso y el tiempo que se debían demorar en obtener los
aprendizajes, sin embargo el plan de 1853 señala: "Tales enseñanzas
deberán impartirse por dos años y medio y nunca menos de un año a niños de
extraordinaria capacidad” Tendremos que
esperar hasta 1891 para que la enseñanza primaria se organice en enseñanza
primaria elemental, que se cursaría en cuatro años, y en enseñanza primaria
superior, en dos años, así mismo se establecieron jornadas de estudio las
cuales duraban la mayor parte del día, por ejemplo estudiaban de las 8:00 o
9:00 horas a las 17:00, con un receso para la comida, se establecieron también
horarios discontinuos de acuerdo a las edades de los niños, los de primero
estudiaban de 8:30 a 11:30, los de segundo de 9 a 12 horas, etc. En este contexto,
destaca el refinamiento que implicaron los acuerdos del Primer Congreso
Pedagógico respecto a la moderna distribución del tiempo escolar: : "Duración de las clases (primer año
veinte minutos, segundo veinticinco, tercero treinta, cuarto cuarenta, con
media hora de descanso a discreción); semana de cinco días, año escolar de 10
meses".
Al independizarse México de la
corona Española, proyecta su futuro en la imagen que poco a poco dibuja del
Estado Moderno capaz de preservar la paz mediante la justicia y la igualdad de
oportunidades entre los individuos. Los intelectuales ilustrados veían en él la
posibilidad de que la sociedad mexicana superara todos sus males, que procedían
de la ignorancia y el oscurantismo, la construcción de un nuevo orden en lo político,
lo económico y lo social sólo sería posible a partir de la formación de otra
mentalidad, de otro ser moral en esa masa ignorante y pobre; Lucas Alamán
estaba absolutamente convencido de que: “Los males de la población: suciedad,
despilfarro, embriaguez, hábito de trabajar sólo para lo indispensable, pueden
corregirse de golpe con el único remedio de mejor educación civil y religiosa.
La "Ilustración" es uno de los más poderosos modelos de prosperidad
de una nación”. Los programas educativos del siglo XIX se vieron atravesados
por las disputas permanentes entre liberales y conservadores, entre
monarquistas y republicanos, entre federalistas y centralistas que asumirían,
cada cual a su manera, la contienda por la instrucción popular. En medio de todo
ello se construyó la escuela básica que nosotros heredamos. Para instaurar el
orden entre la población, combatiendo toda expresión de desorden y de peligro
social, uno de los más poderosos aliados era la escuela, pues ésta sería una de
las instituciones abocadas a dar una ocupación a niños y jóvenes hambrientos,
descuidados, sometidos a ambientes violentos, corruptos y viciosos.
Los contenidos escolares
constituyen un importante indicio de la manera en como la sociedad mexicana
daba sentido a su vida, La percepción del mundo a través de la ciencia y de las
verdades positivas poco a poco se irían imponiendo, así como el desarrollo de
una conciencia cívica y nacional, que tendía al amor a la patria y a sus
instituciones, y una concepción integral del desarrollo humano, entre las
materias introducidas están: la
instrucción moral y cívica, lengua nacional (escritura y lectura), lecciones de
cosas , aritmética, ciencias físicas y naturales, geometría, geografía,
historia, dibujo, canto, gimnasia, labores manuales. En cuanto al orden se
establecían diferentes reglas que se aplicaban al cometerse una falta, reglas
que resultaban devastadoras para los alumnos pues causaban un daño muy grande
algunas de ellas eran: alambre, que arrancan los pedazos; palmetas, orejas de
burro, cormas, grillos y mil cosas con las que se apoyaban y hacían honor a la
frase “la letra con sangre entra”. Y si bien las Cortes de Cádiz prohíben los
castigos físicos en 1813, su uso se prolongó hasta entrada la segunda mitad del
siglo XIX. Una de las disposiciones más avanzadas al respecto, es el Reglamento
de las Escuelas Nacionales Primarias de Diciembre de 1896, que estableció:
"En ningún caso se aplicarán en las escuelas oficiales o particulares,
castigos que degraden o envilezcan a los niños".
Algunos maestros desconocen cómo
dirigir a los niños y jóvenes y mantener las mínimas condiciones para
enseñarles algo, en tanto que los otros saben cómo hacerlo, pues manejan el
método o sistema para organizar a los escolares y disponer lo que hay que
aprender. En este sentido, uno de los criterios tempranos de organización de
los alumnos es el de su clasificación en secciones o grupos con fines de
enseñanza, que dará lugar a diversos sistemas que se van imponiendo y
combinando en el curso de las décadas. Un avance importante en este sentido lo
representó el sistema de enseñanza mutua o Sistema Lancasteriano, el maestro
trabaja con instructores o monitores que selecciona, y entrena, de entre los
alumnos más aventajados quienes, a su vez, se hacen cargo de grupos de diez
escolares, que se llamaban decuriones. El sistema lancasteriano es capaz de
atender a numerosos alumnos en perfecto orden y silencio, lo cual se obtiene
con una constante actividad de modo que no se distraigan ni se aburran, con
órdenes constantes y muy precisas y con una distribución de actividades y
tiempos muy meticulosa. El sistema simultáneo o colectivo, más avanzado que el
que arriba mencioné, preveía que el maestro tenía la capacidad de atender a
todos los escolares que aprendían todos los contenidos juntos. En la medida en
que avanzó el siglo XIX y los maestros se prepararon más, se impuso este
sistema pero partiendo de la base de que los escolares se clasificaban en
grupos homogéneos en relación con la edad y los contenidos que manejaban. La
vigilancia y control se ejercería no sólo por parte del maestro hacia los
instructores, ni de los instructores hacia los escolares, sino de las
autoridades escolares hacia los maestros para reconocer las condiciones en que
trabajaban, su desempeño, los métodos que empleaban, la disciplina que
administraban, las dificultades y carencias que constataban. Todo esto a partir
de un sistema de visitas e intercambio de informes razonados que se van
tornando más complejos y más fundamentados cada vez. Las diversas tecnologías
del orden aportaron experiencias y reflexiones que dieron lugar a la
construcción de saberes especializados en relación con la escuela como bien
público, con sus actores, con sus prácticas cotidianas, que se conocerán
genéricamente como pedagogía.
Conclusión:
La iniciación de la educación se
dio bajo el orden religioso, el cual se acoplo a los medios que tenían para
impartir la enseñanza, pero sus métodos eran totalmente diferentes a los que se
manejan en la actualidad, sus métodos repetitivos, memorísticos, con
irregularidad debido a los pensamientos de gran parte de la sociedad, la
escuela no era una de las importantes opciones de aprendizaje que se pudiera
ver, puesto que para algunas familias era más importante aprender a trabajar en
el caso de los hombres y/o aprender a realizar tareas domésticas en el caso de
las mujeres, las irregularidades se presentaron en varios aspectos, incluso en
los docentes quienes no ejercían esa profesión por gusto si no por necesidad,
ya que al presentarse alguna situación en sus vidas creían que lo más sencillo
era dar clase cuando ellos apenas sabían leer y escribir, el cambio no sucedió
rápidamente, como todo cambio este llevo un proceso pero finalmente se entendió
que aparte de la enseñanza la escuela tenía como prioridad la educación de los
estudiantes y su desarrollo en otros aspectos.
A pesar de las dificultades que se
presentaron y posiblemente obstaculizaron el avance que se quería tener, se
logró ver esta enseñanza desde una perspectiva más profunda en la que se
lograría integrar a todo tipo de estudiantes con la finalidad de mejorar las
condiciones de la sociedad mexicana, pues es esta la que debido a los nuevos
proyectos y cambios demanda también nuevos retos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario